lunes, 7 de junio de 2010

Por una grafía del cuerpo

El pornografismo no es la pornografía de la carne, sino la literatura del cuerpo.

Los cuerpos que deseamos aquí no son los del sexo como producto, sino como creación. El primero se consume, el segundo se disfruta. Consumir es evadir, devorar, poseer. Crear es provocar.

El cuerpo es reacción, pero el tiempo anestesia.
Nuestro sexo acopla lenguajes y visiones, no sólo fluidos, genitales y cuerpos.

El pornografismo es crear desde la rutina, deslastrar(nos) de(sde) la costumbre. Es la cópula entre cada cuerpo, lenguaje y lugar: crear e intervenir desde la intimidad del cuerpo hasta la rutina de la calle.

El pornografismo es la escritura del cuerpo.
Literal, metafórico, corporal, vocal.

A diario nos prostituimos como lenguaje para consumir sensaciones o para comunicar, pero queremos reaccionar y provocar reacciones: alergia, desagrado, asco, emoción, placer.

Reacción creación. Que no haya distancia entre una y otra. Sin pausa, sin puntuación, sin fórmula: que la reacción provoque el cosquilleo de una escritura: no sólo la articulación de un lenguaje hecho cuerpo escrito. Cuerpo en movimiento. Cuerpo imaginado y plasmado.

Por una escritura de la reacción, una grafía de la creación
cinematografía, fotografía, pictografía, audiografía, escrituras del cuerpo.

La reacción escribe al cuerpo. El cuerpo es la creación del lenguaje.